Nos encontramos en el umbral de un mundo en el que todo está conectado con internet
y con los demás, mientras las computadoras de gran capacidad aún
relativamente baratas analizan cuanta información se les suministra para
mejorar la vida de las personas.
Cepillos de dientes indican a un espejo especial que recuerde al usuario utilizar hilo dental. Camisetas de basquetbol detectan un inminente ataque cardiaco y avisan a la ambulancia.
Cuando menos esa es la visión que se presentó la semana pasada en el Congreso Mundial de Telefonía Móvil en Barcelona, España. La muestra, de cuatro días, puso de relieve lo que la industria de la tecnología, en una ánimo flexible, llamó "el internet de las cosas".
Una parte de esa sabiduría ya está disponible o prometida para finales de año.
Aparatos de hacer ejercicio de Sony y Samsung se conectan con los teléfonos multifuncionales para facilitar archivos digitales de la vida diaria de las personas.
La empresa francesa Cityzen Sciences tiene una tela a la que se han incorporado sensores del ritmo cardiaco y de otro tipo para dar seguimiento a las actividades físicas de los usuarios.
La empresa Procter and Gamble, mediante su negocio Oral-B, así como la empresa francesa Kolibree han desarrollado cepillos dentales conectados con internet.
La parte del espejo todavía es un prototipo, pero la aplicación Oral-B para teléfono multiusos indica al usuario que utilice hilo dental.
Los fabricantes automovilísticos incorporan servicios de navegación y de manos libres más inteligentes a los vehículos mientras que IBM y AT&T equipan conjuntamente a las ciudades con sensores y computadoras para parquímetros, semáforos y sistemas hidráulicos que están conectados a las comunicaciones.
Los productos que se conectan a internet representan una oportunidad de crecimiento para las compañías de telefonía móvil a medida que se desacelera el negocio de los teléfonos multifuncionales en los mercados desarrollados porque la mayoría de las personas ya tienen este servicio.
Como la base tecnológica ya está aquí, el desafío mayor es conseguir que las personas, empresas y municipalidades avisten el potencial.
Por supuesto, también surgen las preocupaciones sobre la seguridad y la privacidad. En un ejemplo, las compañías de seguros de salud querrían tener acceso a la información sobre el estado físico de las personas para fijarles las primas.
Cepillos de dientes indican a un espejo especial que recuerde al usuario utilizar hilo dental. Camisetas de basquetbol detectan un inminente ataque cardiaco y avisan a la ambulancia.
Cuando menos esa es la visión que se presentó la semana pasada en el Congreso Mundial de Telefonía Móvil en Barcelona, España. La muestra, de cuatro días, puso de relieve lo que la industria de la tecnología, en una ánimo flexible, llamó "el internet de las cosas".
Una parte de esa sabiduría ya está disponible o prometida para finales de año.
Aparatos de hacer ejercicio de Sony y Samsung se conectan con los teléfonos multifuncionales para facilitar archivos digitales de la vida diaria de las personas.
La empresa francesa Cityzen Sciences tiene una tela a la que se han incorporado sensores del ritmo cardiaco y de otro tipo para dar seguimiento a las actividades físicas de los usuarios.
La empresa Procter and Gamble, mediante su negocio Oral-B, así como la empresa francesa Kolibree han desarrollado cepillos dentales conectados con internet.
La parte del espejo todavía es un prototipo, pero la aplicación Oral-B para teléfono multiusos indica al usuario que utilice hilo dental.
Los fabricantes automovilísticos incorporan servicios de navegación y de manos libres más inteligentes a los vehículos mientras que IBM y AT&T equipan conjuntamente a las ciudades con sensores y computadoras para parquímetros, semáforos y sistemas hidráulicos que están conectados a las comunicaciones.
Los productos que se conectan a internet representan una oportunidad de crecimiento para las compañías de telefonía móvil a medida que se desacelera el negocio de los teléfonos multifuncionales en los mercados desarrollados porque la mayoría de las personas ya tienen este servicio.
Como la base tecnológica ya está aquí, el desafío mayor es conseguir que las personas, empresas y municipalidades avisten el potencial.
Por supuesto, también surgen las preocupaciones sobre la seguridad y la privacidad. En un ejemplo, las compañías de seguros de salud querrían tener acceso a la información sobre el estado físico de las personas para fijarles las primas.
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